Un niño, un profesor, un libro y una pluma pueden cambiar el mundo. La educación es la única solución.

martes, 13 de diciembre de 2016

Problema con los deberes

En la actualidad, los deberes que desde el colegio se les manda a los niños están dando mucho que hablar. Como en todos los aspectos de la vida, hay gente que está a favor de ellos o en contra, sin embargo, ninguno de estos dos posicionamientos es del todo correcto. Hay quienes piensan que con los deberes se ayuda a que los estudiantes recuerden la lección trasmitida durante ese mismo día en clase, mientras que otros piensan que el exceso de deberes no permite a los niños desarrollar su creatividad, y tener el tiempo de ocio indispensable para su corta edad.
La cuestión no radica en dejar de poner deberes, ningún extremismo termina por ser bueno, por lo que lo esencial en esta situación sería controlar la cantidad de deberes que se ponen y la importancia que estos tienen para la adquisición de nuevos conocimientos por parte de los alumnos.  Este exceso de deberes se debe al problema de consenso y comunicación entre el equipo docente de los centros escolares, generalmente, los niños no están tres horas realizando una misma asignatura, sino que, esas tres horas de deberes se basan en la suma de todos los ejercicios de cada una de ellas. Además, no se debe olvidar la complejidad que en muchas ocasiones tienen esas tareas, muchos alumnos en el aula puede que no hayan entendido bien la lección por diversos motivos, y a la hora de hacer los deberes no saben realmente qué tienen que hacer, por lo que acuden a sus padres en busca de ayuda. No obstante, la ayuda de las familias supone un factor clave que delimita las oportunidades que se le presentarán al niño, tanto en el presente como en un futuro.
 ¿Qué quiero decir con esto?
Es simple, en muchas ocasiones, y por diversos motivos, las familias de los niños que vienen al colegio no han tenido la oportunidad de estudiar lo suficiente, por lo que ayudar a sus hijos se convierte en un problema, ya que la falta de conocimientos hace más compleja la acción de ayudar, a pesar de los intentos de estos.
¿Cómo se podría solucionar este problema?
Son varias las soluciones que pueden aportar claridad a este grave problema. Desde el centro escolar tienen que poner los medios suficientes para conseguir una mejor educación, que suponga la adquisición de conocimientos nuevos mediante un sistema de interés para ambas partes.
Los deberes pueden ser reducidos por una pequeña búsqueda de información en el hogar, una vez terminada una materia. Con esta información, los niños pueden contrastar lo aprendido en el aula con lo adquirido por la web o por el uso de libros. Sin embargo, en ocasiones puede que los niños no tengan la motivación necesaria para realizar este tipo de actividades, por lo que se pueden fomentar con el uso de diversos incentivos. Uno de ellos, y sobre todo con un punto de vista en la Educación Infantil, puede ser, que, una vez realizada esa pequeña investigación, y entregada a la profesora, esta expone cada trabajo de cada alumno, decidiendo entre todos cual ha sido el mejor de ese temario.

La finalidad de este tipo de actividades se basa en, evitar caer en la metodología tradicional en la que se mandan deberes todos los días de todas las asignaturas, para pasar a un método que conlleve el pensamiento crítico del alumno, así como vaya motivando de manera paulatina a la adquisición de conocimientos en los que ellos mismos son partícipes. 

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